Cómo no atender el problema de la vivienda parte 7 de 11
Se debe expulsar a Airbnb de México
Hay delirantes bolcheburros en internet que fantasean con la idea de expulsar a la empresa Airbnb como un innegociable si se quiere solucionar el tema de la falta de acceso a la vivienda.
La queja de los incéfalos está en el alegato de que Airbnb, por las convenientes tarifas de ganancias de sus socios, provoca que sean más las personas que renten un inmueble a través de la app para un uso temporal, determinado y controlado, y con ello reducen la oferta de viviendas para largos periodos de tiempo, lo que en consecuencia trae consigo un incremento en los precios de la renta y la inaccesibilidad de la vivienda para los locales.
En este delirio hay varias aristas. Una, por ejemplo, es que el uso de Airbnb, ya sea como socio o como usuario, es una decisión libre del consumidor que ve más conveniente para su bolsillo el uso de las condiciones económicas que la app de Airbnb ofrece. Eliminar la app de Airbnb del mercado mexicano elimina la competencia y, por ende, da lugar a la existencia de oligopolios y la extorsión comercial.
Por otro lado, Airbnb opera forzosamente bajo la legislación mexicana imperante, y si existe o puede existir un abuso al consumidor por parte de la app, no es por la responsabilidad de la app —que como cualquier empresa se rige bajo el principio de la maximización de las ganancias al menor costo—, sino por la irresponsabilidad, falta de profesionalismo e incompetencia de los cuerpos legislativos y ejecutivos que son incapaces de formular leyes y decretos efectivos.
Debido a la creciente necesidad de la vivienda y el nivel de intervencionismo estatal actual para el tema de la renta de viviendas y/o habitaciones para periodos de tiempo inferiores a los 12 meses, como es el uso que se le da a los Airbnb, es necesario establecer un control de precios o, mejor dicho, un tabulador tope de los mismos.
Es decir, las rentas mensuales y/o por día de un espacio Airbnb no pueden superar el costo de la renta promedio de la zona, y en el caso de arrendamientos inferiores al mes, estos deben ser 24% inferiores al costo mensual.
Supongamos que en la Roma en CDMX la renta promedio es de 15 mil pesos mensuales. Entonces, bajo un control de precios temporal, si el espacio se rentara a través de Airbnb por un periodo de tiempo menor a los 30 días, el costo diario no podría superar los 11,400 pesos mexicanos por 29 días y de 393 pesos mexicanos al día.
Expulsar a Airbnb no soluciona nada y solo traería más problemas comerciales al mercado, puesto que Airbnb también es una fuente de ingresos para el Estado y para las personas socias de la app. Airbnb representa entonces una actividad económica y, entre más amplio sea el abanico de las actividades económicas de un Estado, mayor es su capacidad para generar riqueza.

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